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Los alimentos orgánicos ganan lugar en las góndolas. Consumidores y productores eligen productos que garanticen el cuidado de la salud y el ambiente. En la Argentina, el SENASA es la entidad encargada de generar las normas y garantizar el control. Una alternativa sostenible y rentable.
Cada vez son más las personas en el mundo que modifican su alimentación y eligen consumir productos orgánicos. El aumento de la presencia de estos insumos en las góndolas responde a la demanda —cada vez más alta— de alimentos que son producidos en chacras sostenibles preservando el ambiente y la salud de productores y consumidores. Asimismo representan un ingreso más favorable para los productores por estar mejor posicionados en góndola.
Una evidencia de este cambio cultural y social se plasma en el registro de trazabilidad que lleva adelante el Ministerio del Agro y la Producción, Silicon Misiones y la empresa Agro Sustentable —emplazada en el Parque Industrial de Posadas— hasta agosto de este año más de diez mil productores en Misiones utilizaban bioinsumos, y el número crece día a día.
¿De qué hablamos cuándo hablamos de alimentos orgánicos?
Según la Ingeniera Agrónoma y responsable de Producciones Ecológicas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Nora Puppi, la producción orgánica contempla —entre otras cuestiones— el manejo racional de los recursos naturales en todo el desarrollo productivo. “Aplicar métodos culturales, biológicos y mecánicos, mantener o incrementar la fertilidad del suelo y la biodiversidad, conservar los recursos hídricos, intensificar los ciclos biológicos, brindar condiciones adecuadas a los organismos, evitar el uso de productos de síntesis química nocivos para el ambiente”, explicó.
En este sentido, en la Argentina, es el SENASA la entidad encargada de generar las normas, además de diseñar y garantizar el control. “La entidad realiza una inspección inicial y luego —de acuerdo al riesgo— una o más visitas anuales. Al verificarse el cumplimiento de todos los requisitos se inicia el seguimiento y una vez establecido el lapso por la reglamentación el sistema productivo alcanza la condición de orgánico y puede recibir certificados transaccionales que avalan esa condición“, detalló la especialista.
Más verde, más salud, más ingresos
Es importante aclarar que los productores y elaboradores de alimentos deben solicitar la acreditación para la cuál deben cumplir con toda la normativa que solicita el organismo. “El operador debe llevar registros donde describa sus actividades a lo largo de la cadena productiva para establecer evidencias de la condición orgánica, y esos registros deben estar siempre actualizados y a disposición de la entidad“, especificó.
En cuanto a los motivos del crecimiento de la producción orgánica la ingeniera dijo que, si bien los motivos son varios, se repiten la conciencia ambiental y la búsqueda de alimentos saludables, así como la alta demanda y una mejor ganancia. “La agricultura orgánica puede representar una oportunidad interesante para muchos productores y puede convertirse en una herramienta importante para mejorar su calidad de vida y sus ingresos“, sostuvo.
Asimismo, es importante destacar que los productos que tienen menos del 95% de ingredientes de origen orgánicos, no se pueden rotular como tales y sólo se puede hacer mención de la condición orgánica en la lista de ingredientes de aquellos que cumplan dicha condición.