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Hasta hace poco no existían registros actualizados del sector orgánico y agroecológico, situación que fue subsanada con la publicación reciente de los resultados de un informe realizado por el Comité Técnico de Promoción de la Producción Orgánica (CTPPO).
El trabajo –que incluyó entrevistas presenciales con los actores de la cadena– develó que a nivel país existen 38.308 productores que se dedican a los dos sistemas productivos estudiados, el orgánico y agroecológico, con un total de 187.384 hectáreas (Há) en los 17 departamentos. “Encontramos que, 12.694 productores cuentan con certificación orgánica e incluyen 115.841 Há, mientras que 25.614 son productores agroecológicos e incluyen 71.542 Há”, expresó Celso Cubilla, uno de los elaboradores del informe.
Agregó que entre los productos orgánicos de renta de importancia actual para la agricultura familiar, con los datos recopilados el 2021, son la caña de azúcar, chía, sésamo, yerba mate, hierbas medicinales, cítricos, soja, cáñamo, maní, porotos, mburucuyá, hortalizas, frutales, mandioca y artesanía indígena.
Otro dato interesante en el documento es la participación de las comunidades indígenas en estos dos tipos de agricultura, cuya población productora asciende a 11.525 personas y que maneja una superficie de producción de 17.683 Há, según el estudio.
Tanto la producción agroecológica como orgánica, implican sistemas de producción sostenibles en el tiempo, e incluyen el manejo racional de los recursos naturales, contemplando la diversidad biológica sin la utilización de químicos y manteniendo o incrementando la fertilidad del suelo.
La producción orgánica es aquella que ya cuenta con certificación de una tercera parte o del Sistema Participativo de Garantía (SPG), y está compuesto por distintos actores como ser el productivo, de asistencia técnica, certificadoras, proveedores de bioinsumos, empresas, exportadores y los respectivos gremios.
A su vez, el viceministro de Agricultura, Jhordan Espínola, mencionó que los datos precisos y reales de los agricultores sirven para dividir los tipos de producción que existen en el país, a modo de poder actuar en consecuencia para mejorar el rendimiento y la calidad de vida de las familias rurales que se dedican a estos rubros.
“El informe también señala que una de las necesidades es la capacitación; ahora podemos organizar reuniones con los técnicos de campo para que los pequeños agricultores sean asistidos en el marco de los requerimientos de lo orgánico y agroecológico”, sostuvo.
En tanto que Juanita Caballero, coordinadora alterna del Comité Técnico de Promoción de la Producción Orgánica, comentó que hasta la fecha el MAG no cuenta con una dependencia que se ocupe de impulsar políticas públicas para estos sectores, ni un presupuesto asignado para el efecto, por lo que por el momento todas las iniciativas son llevadas a cabo por instituciones privadas.
Por lo tanto, contar con tales resultados es primordial, a modo de plantear políticas públicas para el fomento y expansión de la agricultura orgánica y agroecológica en las instituciones, además de sentar precedente para otros estudios futuros, acotaron.