Por Miriam Martínez Biarge
A pesar de su creciente popularidad y democratización, sigue habiendo segmentos de la población que son más proclives a comprar alimentos ecológicos. Las razones para hacerlo han cambiado poco en los últimos años, pero su peso relativo varía entre unos colectivos y otros.
La salud
Tanto las personas que compran regularmente alimentos ecológicos como las que no los perciben como más saludables debido a la ausencia de pesticidas y otros componentes potencialmente perjudiciales. En general aquellas personas que llevan una vida físicamente más activa y que cuidan de su salud de otras formas además de con la alimentación están más inclinadas a incluir alimentos ecológicos en su dieta y a citar la salud como la razón principal para ello.
El sabor
Muchas personas sienten que los alimentos ecológicos tienen mejor sabor, o un sabor más natural o tradicional. Las personas más mayores suelen relacionarlo con el sabor de los alimentos locales que comían en su infancia. Este factor suele ser el más importante para las personas que son físicamente menos activas y que no dan tanta importancia a su salud.
El medioambiente
Este factor pesa más entre activistas ecologistas y colectivos conscientes de los daños medioambientales que suponen las prácticas de agricultura intensiva. Es un factor sin embargo infravalorado entre la población general (con excepciones notables como Dinamarca, donde es la razón más esgrimida en las encuestas), a pesar de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) defiende que la agricultura ecológica es más sostenible a largo plazo y pide más apoyo a estados e instituciones para fomentar su desarrollo.
Otros factores que influyen en menor proporción que los tres anteriores son: preocupación por la seguridad alimentaria y deseo de evitar toxo-infecciones (E.coli, Salmonella, enfermedad de las vacas locas…); preocupación por el bienestar animal, y deseo de apoyar a las economías y sistemas de producción locales. Por último, siempre hay una pequeña proporción de encuestados y consumidores en general que simplemente piensan que lo ecológico está de moda y les puede reportar reconocimiento y estatus social.
¿Qué grupos de personas son más proclives a elegir productos ecológicos?
- Padres y madres, especialmente de bebés o niños pequeños. La motivación principal en estos casos es evitar el efecto de la acumulación de pesticidas en el organismo en desarrollo de sus hijos. Muchas mujeres se hacen más conscientes del peligro potencial que restos de pesticidas, fertilizantes, antibióticos y hormonas pueden tener en el desarrollo del feto y del bebé ya en el embarazo, y muchas aumentan su proporción de consumo de alimentos ecológicos en este período. Los padres y madres suelen ser muy conscientes de la importancia de los primeros alimentos en la alimentación del bebé y es frecuente que los elijan ecológicos, incluso si el resto de la familia no los toma. También es muy frecuente en esta etapa elegir cosméticos ecológicos para el cuidado de la piel del bebé.
- Las personas que siguen dietas vegetarianas y veganas consumen alimentos ecológicos en mayor proporción que la población no vegetariana. De hecho, hace 2-3 décadas este solía ser el consumidor ecológico mayoritario.
- Las personas con mayor conciencia medioambiental suelen comprar alimentos ecológicos, locales y procedentes de cooperativas con más frecuencia que la población general.
El precio aparece como la barrera más importante a la hora de aumentar el porcentaje de alimentos ecológicos en la cesta de la compra
Además de estos grupos claramente diferenciados, las encuestas a consumidores suelen mostrar datos curiosos, como por ejemplo que las personas que conviven con animales domésticos compran alimentos ecológicos en mayor proporción que los que no; lo mismo se ha observado con personas que practican deportes y escuchan música regularmente, respecto a las que no.
Principales obstáculos para comprar alimentos ecológicos
Existe una discrepancia constante entre la actitud de los ciudadanos hacia los alimentos ecológicos y sus hábitos reales de consumo. Son muchos los estudios que muestran que mientras que entre el 40-70% de la población muestra una actitud positiva hacia este tipo de alimentos, solo un 5-10% de ellos los compra regularmente. ¿A qué se debe esto?
En la mayoría de las encuestas a consumidores, el precio aparece como la barrera más importante a la hora de aumentar el porcentaje de alimentos ecológicos en la cesta de la compra. Esto hace también que repetidamente sean los grupos con rentas más altas y aquellas personas con mayor nivel educativo las que adquieren alimentos ecológicos con más frecuencia.
La segunda barrera es la dificultad para encontrar estos productos en las tiendas habituales, pero esto está cambiando rápidamente, pues cada vez es más frecuente que las grandes cadenas de supermercados ofrezcan secciones de productos ecológicos en la mayor parte de los departamentos.
En menor medida, otros argumentos citados para justificar el bajo consumo de alimentos ecológicos son: la falta de confianza en su autenticidad (por desconocimiento o desconfianza hacia los organismos reguladores), la percepción de imperfecciones externas o “defectos cosméticos” como falta de calidad; o la falta de percepción de que los alimentos ecológicos aporten más nutrientes o tengan otras ventajas sobre los convencionales. A muchos consumidores también les influye negativamente que estos productos prácticamente no se publiciten.
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