Por M. Teixe, P. Villarreal y L. Illescas (INTA)
La Argentina es un gran productor de alimentos orgánicos, en frutas las principales especies son manzanas y peras. Entre 2017 y 2019 aumentó un 57 % la producción bajo seguimiento orgánico en la provincia de Neuquén.
Según la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM) el mercado orgánico global sigue creciendo en todo el mundo y ha alcanzado los 97 mil millones de dólares y casi tres millones de productores. Este mercado mundial es liderado en primer lugar por Estados Unidos, le sigue Alemania, Francia y China.
En el contexto mundial, cabe preguntarse qué sucede con el consumo de estos alimentos durante la pandemia. En 2020, la Comisión Interamericana de Agricultura Orgánica (CIAO) en conjunto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Asociación Ecovalia organizaron encuentros virtuales sobre salud y producción orgánica en donde las disertaciones de los expertos evidenciaron que la demanda de productos orgánicos está creciendo a gran escala. Al respecto, el presidente de Ecovalia aseguró que en la pandemia: “El sector orgánico ha dado su aporte de alimentos seguros y saludables que aportan beneficios a las personas”.
De acuerdo con un estudio presentado en la Feria Biofach –la feria de productos orgánicos más grande en el mundo–, se estima que el mercado global de alimentos orgánicos crecerá más del 14 % entre 2017 y 2021, influenciado en mayor medida por una creciente conciencia entre los consumidores sobre los beneficios que trae para la salud los alimentos bio.
En este contexto, la Argentina está creciendo año tras año en la producción y exportación de productos orgánicos y ha adquirido una posición estratégica en los envíos a ultramar. Los principales destinos de las exportaciones de peras y manzanas frescas y de los productos de su industrialización son los Estados Unidos y la Unión Europea. Actualmente casi todas las manzanas que se envían a Norteamérica son orgánicas y en caso de Europa son el 50 %, mientras que en peras representan cerca de un tercio.
En Neuquén, mientras que la superficie plantada con frutales viene disminuyendo año a año en forma paulatina por la crisis que atraviesa el sector, ocurre el efecto inverso con la superficie bajo seguimiento orgánico. Entre el año 2017 y el año 2018 el área destinada a este tipo de producción se incrementó en un 57 %, pasando de 855 hectáreas certificadas a 1.338 hectáreas. Del total de la superficie dedicada a la actividad frutícola en la provincia, el 24% se encuentra bajo seguimiento orgánico por Senasa.
Al respecto, los productores y comercializadores del sector consultados manifestaron que: “En el mercado externo hay más demanda de manzana orgánica y, por lo tanto, su precio es más atractivo”. Asimismo, destacaron que a Estados Unidos también llegan productos de China e India, pero el consumidor no confía en la certificación de estos orígenes: “La ventaja de Argentina es que llega antes a los mercados y obtiene buenos precios. Además, las certificadoras del país tienen la más alta consideración en los mercados”, sostuvieron. Algunos productores apuestan por la pera orgánica, aunque se consume menos que la manzana. Ese consumo es estable y la población crece, con lo cual consideran que crecerá la demanda y los precios.
Asimismo, el sector confía en que para incrementar el consumo de alimentos orgánicos en el mercado interno se debe apuntar a políticas de promoción y publicidad de estos productos. Para incentivar este tipo de producciones, la provincia de Neuquén implementó “los bloques de sanidad controlada” como una estrategia para controlar las plagas y enfermedades mediante el financiamiento de los emisores de feromona para “carpocapsa” y la asistencia técnica. Esta herramienta permitió que el 74 % de la superficie bajo esta modalidad – 2.200 hectáreas–mantenga niveles de daño de carpocapsa menores a 0,5 %. Este punto de partida es muy importante para pensar en la producción orgánica, ya que un monte frutal con baja incidencia de la plaga clave hace más eficaz el uso de las estrategias posibles.
La iniciativa de los bloques de sanidad controlada es un incentivo para avanzar hacia la producción orgánica en la provincia, sobre todo por sus aportes para reducir la brecha tecnológica entre productores a través del monitoreo de plagas y el uso de tecnologías sustentables.
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