Por Eric Brennan - Ann Perry
Experto en horticultura del Servicio de Investigación Agrícola del USDA (ARS), y un equipo de colaboradores de la Universidad de California-Davis iniciaron un estudio en campo de dos años que evolucionó en una investigación a largo plazo sobre cultivos orgánicos de alto valor. El proyecto, llamado “Salinas Organic Cropping Systems Trial,” se desarrolló en un campo experimental de ARS que lleva 10 años certificado como operación agrícola de producción orgánica.
La investigación parte de que los gastos de producción para cultivos orgánicos de alto valor como brócoli y lechuga, pueden ser muy elevados, por lo que los productores buscan obtener mejores utilidades mediante una rotación anual de dos a tres cultivos.
El trabajo de investigación que diseñó un equipo de la Universidad de incluye un programa de investigación a largo plazo con varias estrategias para cultivos de protección en un sistema de producción anual con brócoli y lechuga. Seis de las estrategias implicaban trabajar un cultivo de protección cada invierno; las otras dos, requerían cultivos de protección cada cuatro inviernos.
Se seleccionaron tres cultivos de protección de invierno que se producen con frecuencia en la zona — centeno, mostaza y una mezcla de centeno-leguminosa — y los sembró a una densidad de siembra típica, y a una densidad tres veces más alta. Cabe notar que la densidad de siembra influye en la capacidad del cultivo de protección de sofocar las malezas.
Todos los sistemas recibieron las mismas cantidades de fertilizante y riego, mientras que el manejo de plagas fue el mismo en todos los casos. La cosecha y venta de los cultivos de brócoli y lechuga fueron realizadas por un agente comercializador.
Resultados de estudio: corto y largo plazo: Los resultados indican que los tres cultivos de protección produjeron más materia seca que la cantidad de residuos de cultivo recomendada (2 t/ha) para mantener el nivel adecuado de materia orgánica en el suelo.
Los cultivos de protección de centeno-leguminosa y de centeno produjeron 25% más biomasa de materia seca que los cultivos de mostaza. Sin embargo, para obtener una supresión efectiva de maleza con los cultivos de leguminosa-centeno se requirió sembrar a una densidad del triple de lo normal, mientras que los cultivos de centeno y mostaza suprimieron la maleza adecuadamente con las densidades de siembra típicas.
“En estudios anteriores de corto plazo no observamos ninguna diferencia en la producción de materia seca entre los tres tipos de cultivos de protección. También pensábamos que siempre se requerían densidades de siembra más altas,” afirma el experto
“Sin embargo, en el estudio de ocho años vimos con toda claridad que la mostaza no produce tanta biomasa como los otros dos cultivos y que la mezcla centeno-leguminosa requiere la densidad más alta de siembra para que suprima la maleza de manera efectiva.” El estudio de largo plazo también proporcionó a Brennan más datos acerca de las variaciones de rendimiento que presentó cada año la mezcla centeno-leguminosa, incluyendo la razón por la que las leguminosas — que son las que representan la mayor parte del costo de las semillas — no son tan abundantes.
“Opinamos que el clima más frío de principios del ciclo agrícola va a ayudar a las leguminosas a competir con el centeno,” expresan el experto de ARS. “Por lo tanto, si los productores están esperando un otoño seco y cálido, tal vez no deseen gastar tanto en un cultivo de protección de leguminosas; en lugar de eso, pueden decidirse por utilizar sólo centeno.”